Vuelta pedestre de Ribadesella

El sábado por la mañana, bien tempranito salí a hacer la tirada larga a una temperatura de un grado bajo cero. El ritmo fue lentito pero es que me costó entrar en calor. En total fueron 22 kilómetros sin mayor novedad.

Ya por la tarde nos encaminamos toda la familia a Ribadesella, a ver si mi sobrino reeditaba el trofeo del año pasado en la carrera de 3 años o menos. Pero este año había más chicos y a pesar de que se llevaban trofeo los cinco primeros no pudo ser. Pero claro es que dan la salida y se agarra a la pierna de su padre y se niega a correr e hizo el recorrido andando y llegó una vez más (como siempre), el último, jeje, ya correrá cuando le apetezca. Eso si antes y después no paraba de correr como un poseso, dando vueltas a la plaza...., menos mal que esta él, pasar juntos un rato hace que me olvide de todas las penas.

Como siempre saludé a la gente de Correr Asturias, y también la grata sorpresa de ver a uno de los valientes con los que compartí la carrera de montaña Los Calderones, un chaval de León que se desplazó a pasar el día a Asturias con toda la familia, y su hijo fue el ganador en la carrera que disputó mi sobrino.

La carrera después de la tirada de por la mañana me la tome con calma, salí suave para poco a poco ir progresando, sobre todo en los dos últimos kilómetros adelante posiciones, para acabar metiéndole caña en la subida del último kilómetro y entrar contento en meta con una media de 4:29, mientras saludaba a mi sobrino, que se pego un sprint tremendo para ir a buscarme a la cola de la bolsa del corredor.

Después comentar con la jugada con los compañeros y de vuelta a casa un buen día con una tarde entretenida. La organización muy bien, es una carrera pequeña, pero que ya tuvo más gente que el año pasado y corrigieron acertadamente los pequeños fallos del año pasado.