Coming back

Con todo lo que cayó de agua este fin de semana, estuve casi todo el tiempo en casa, con lo cual la tengo limpia como los chorros del oro (de donde vendrá esta expresión, por mucho oro que sea si me echan chorros de oro fundido por encima de la vitro, no me la dejan precisamente limpia, a parte que me puedo poner de una ostia...), y además aproveche para cocinar, de manera que llevo tres días cenando lo mismo.

Vale que sería mejor para bajar los kilos que me sobran si en lugar de cerdo fuera ternera o pollo, y si fuera a la plancha en lugar de con su salsita.. ummm que rico, hay que variar y no comer siempre lo mismo, jeje.

Ayer volvieron muchas cosas, volvieron sensaciones de correr suelto, sintiéndome muy bien, pensando en mis cosas, volvió el que el entrenamiento se me hiciera corto y que pasaran los kilómetros (11) sin darme cuenta, pero sobre todo, volvieron las visualizaciones, mientras corría volví a verme en la salida, en el kilómetro 35 y cruzando la meta de un maratón.... esto si que lo echaba de menos.

Aun así todavía no tengo objetivos, dije que no iba a mirar calendarios de carreras, ni objetivos, ni planes hasta que estuviera totalmente recuperado, y eso lo fijé, cuando empecé a trotar en, que si no se torcía antes, correr la Behovia sin molestias. Y siguiendo los designios de mi religión de corredor supersticioso, a pesar de que parece (cruzo los dedos), que lo de completar la Behovia será un mero tramite el domingo, hasta que no se cumpla sigo sin mirar nada de nada, y la verdad que me esta costando la leche retenerme.

Eso si el lunes empezaré a rellenar mi excell de calendarios con las carreras del año de Asturias, Euskadi, a buscar objetivos prioritarios, a definir planes.... por dios que ganas.