A por Mapoma

Pues ya llega Mapoma, y el domingo cerraré un circulo que se abrió en 2009 cuando me inscribí en la prueba madrileña en la que debería haber sido mi primera maratón, pero que por culpa de mi rodilla no pudo ser.

Evidentemente no voy con la misma ilusión que tenía entonces, pero bueno una maratón siempre es una maratón. Y además es que voy bastante bajo. Desde Barcelona he corrido 88 kilómetros

(como en una semana normal), he engordado 3 kilos, me acompaña un dolor de cabeza ligero pero persistente que no se quiere ir y estoy con la moral bastante baja.

La semana santa me la he pasado durmiendo y bebiendo, y me ha atrapado una pereza de la ostia. También tengo unas ligeras molestias musculares que, en condiciones normales, no me quitarían de correr, pero con la galbana que me acompaña es una escusa perfecta para no hacer nada. Es como si los dioses del running me hubiesen abandonado por completo, no es que me estén castigando porque no es así, simplemente me ignoran totalmente.

Así que no se como afrontare la carrera, porque ponerte en la salida con la moral tocada no es lo mejor para un maratón. Había dicho que iba a hacer sobre las cuatro horas, y era por un motivo concreto, pero como este ha desaparecido, no lo tengo muy claro, supongo que haré menos, pero no lo se, tampoco me apetece salir a un ritmo bueno, porque lo último que me apetece es sufrir, ya veremos que me pide el cuerpo el 22 y si el ambientillo del día previo y el día D, me abre el apetito de lucha. Lo único que me motiva es encontrarme con un montón de buena gente. Allí nos vemos.

Otra cosa ya tengo los resultados de los análisis del día siguiente al maratón. Lo más significativo que tengo muy bajo el nivel de hematíes, por la destrucción de globulos rojos. Y sobre todo el nivel de las transaminasas que miden la función hepática; el GPT tendía que estar entre 10 y 35, me da 40, y el GOT que debería estar en el intervalo 5-34 me da 125!!!!. El año pasado todos estos valores estaban dentro de los limites normales.